lunes, 30 de marzo de 2015

Mis lecturas: Belleza atormentada

Hola a todos,

Después de mucho tiempo sin hacer ninguna reseña hoy os traigo un libro que me encantó cuando lo leí en Wattpad. El libro de que os hablo es Belleza Atormentada de Ana Coello. 



En esta novela la autora nos cuenta la historia de Andrea Garza, una joven rebelde a la que la vida no ha tratado nada bien. Por circunstancias se tiene que enfrentar a cumplir una condena de un año en la hacienda del mejor amigo de su hermano en Veracruz, México. Al llegar al lugar donde va a cumplir condena, se encuentra con Matías, quién ni está dispuesto a dejar que se rían de él ni piensa mantener a vagos. A pesar de la diferencia de edad, ya que él es diez años mayor que ella, ambos han tenido un pasado marcado por la tragedia. ¿Será Matías capaz de ver más allá de la fachada de Andrea? ¿Conseguirán superar el pasado? ¿Podrán construir un futuro feliz entre los dos? O por el contrario, ¿podrán más las viejas heridas?

En mi opinión es una gran novela, ideal para estos días de vacaciones. Cuando la leí en wattpad me impresionó que aún siendo un borrador estaba súper bien estructurado y escrito. Realmente era como si estuviera leyendo la novela a excepción de algunos detalles. Desde el principio me enganchó hasta el punto de que no podía dejar de leer porque no dejaba de sorprenderme en todo momento. Por ello, en cuanto salió la novela no me lo pensé y la puse en la lista de lecturas pendientes.

Os puedo asegurar que es una novela muy rica en tramas, esto hace que sea muy entretenida manteniendo la tensión durante todo el relato. Como podéis imaginar es un novela plenamente romántica aunque hay bastante drama. A pesar de la parte dramática es una historia muy bonita que merece la pena leer. El desenlace es sorprendente, jamás me lo hubiera imaginado.
En fin, espero que si decidís leerla os guste y os enganche tanto como me enganchó a mí.

¡Mil besos!


Lupe
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sábado, 28 de marzo de 2015

Conociendo a Hugo 4: Regreso a casa

Oliver no reaccionó hasta que ella cerró la puerta del coche. «Pero, ¿Qué coño ha pasado?» pensó pasándose las manos por el pelo. Ella había estado a punto de besarle y lo peor de todo era que él lo había deseado. Pero aquello no podía ser, él tenía a su hijo, se debía a cuidarlo.


Cuando Elsa regresó no volvieron a hablar, era un silencio incómodo, ella se sentía avergonzada y él no sabía qué hacer. Después de dejar a Hugo en su cuarto el ambiente se relajó. Con la excusa de organizar la semana Oliver le pidió que se quedara un momento. Era tarde, ninguno de los dos había cenado, así que demostrando que era un hombre de recursos saco un par de pizzas del congelador y las metió en el horno. 

Ella se sentó a esperar en el sofá mientras él hacía la cena, se sentía fatal por lo que había pasado en el coche y no sabía muy bien cómo comportarse. Nerviosa sacó el móvil del bolso para leer los mensajes que pudiera tener. Leyó varios de sus amigas, que sorprendidas por su espantadas le preguntaban cómo estaba el niño. Les contestó con una sonrisa en los labios y decidió entrar en Facebook para ver las fotografías que iban subiendo. Entonces lo vio, allí estaba Gabriel besándose con una chica que no había visto jamás. Él mismo había subido la foto acompañada del mensaje más hiriente que había sido capaz de idear. «Esto sí que es una mujer de verdad, ¡pivonazo!» Sin poder ocultar su dolor a Elsa le rodo una lágrima por la mejilla. En ese momento, notó como Oliver se sentó a su lado.

-¿Cenamos aquí o en la cocina?-preguntó mientras ella se limpiaba los ojos.

Agradeció en silencio que él no se hubiera dado cuenta de que lloraba. Lo que no pensó es que estaba tardando mucho en contestar.

-Elsa, ¿qué pasa?-preguntó preocupado.



«Mierda» se dijo a si misma cerrando los ojos. Tenía que buscar algo con que distraerlo pensó mirando a los lados.

-No, nada-contestó sonando menos convincente de lo que quería.
-¿Seguro?
-Seguro-replicó intentando una sonrisa-Me encanta ese cuadro.

Elsa señaló el cuadro que tenían en frente haciendo que a Oliver le golpeara todo su pasado.

-¿En serio?
-Sí, es divertido.


¿Divertido? Si Ana la hubiera escuchado habría montado en cólera. Eran tan diferentes. Dudó un instante, ¿debía contarle su historia? Quizás no pero el caso es que quería saber que le pasaba. A lo mejor si se abría ella acababa imitándole.

-Elsa, te aviso que se nos va a enfriar la cena-le advirtió mirándole a los ojos-Pero es que quiero contarte algo.


Antes de seguir hablando vio como ella lo miraba con curiosidad. Entonces cogió aire y se lo contó. Le habló de Ana, su mujer, era pintora y aquel cuadro era suyo. Le contó que a ella le encantaba porque era uno de los primeros que pinto mientras estudiaba bellas artes. Le habló de cómo poco a poco fue triunfando, de lo orgulloso que se había sentido y de lo feliz que fue cuando se quedó embarazada de su hijo. Acabó su relato hablándole del terrible accidente de tráfico que en el que perdió su vida cuando volvía de su primera exposición. Él se había vuelto antes a casa porque Hugo era muy pequeño y no querían que estuviera mucho rato con la niñera. Al ver que ella no regresaba a la hora que le había dicho supo que nada bueno había pasado. Una hora después la policía llamó a su puerta para contarle que un conductor ebrio había chocado frontalmente con el coche de Ana y que ella murió en el acto.

Al acabar su relato, Oliver se dio cuenta de que estaba abrazado a Elsa. Ella había apoyado la cabeza en su pecho y lloraba en silencio por la madre de su hijo.


-Shh, no llores, por favor-la consoló secándole las lágrimas con los dedos.
-Lo siento mucho-contestó con voz temblorosa.
-No te preocupes, de eso ya hace tiempo. ¿Me quieres contar porque llorabas?
-No tiene importancia-respondió ella más tranquila.

Oliver le estaba acariciando la espalda con un ritmo constante. Le daba vergüenza decirle lo que la había hecho llorar y más después de lo que él le había contado. Le miró y supo que quería saberlo, que no pararía hasta saber el porqué de su disgusto así que decidió hablar.

-Es por culpa de Gabriel-confesó notando como Oliver se tensaba.
-¿Es tu novio?
-No.
-¿Entonces?-insistió él de manera cortante.

Era normal que quisiera saber quién era, al fin y al cabo, la estaba abrazando. Realmente estaba casi tumbada y, para ser sincera, se estaba muy bien.

-Lo era, hasta esta tarde por lo que me acabo de enterar-respondió intentándose separar pero él no le dejo.
-¿Qué te ha hecho, Elsa?-preguntó con calma escondiendo la tensión que había en su voz.
Aquella pregunta le hizo estallar.
-¿Qué me ha hecho? Pues para empezar liarse con otra, mira-le acusó enseñándole el móvil como si él fuera el culpable-.Pero no acaba ahí, lleva meses ignorándome, permitiendo que le mendigara tiempo, haciendo que me sienta una doña nadie por trabajar en lo que puedo. Él y su mundo perfecto en el que está constantemente de fiesta. ¿Responsabilidad? No creo ni que sepa que existe la palabra. Es que te juro que es...que es...
-Un gilipollas.



Elsa levantó la cabeza y le miro con los ojos muy abiertos. Menudo discurso le había soltado ¡y eso que no quería hablar! Entonces notó como la incorporaba mientras le miraba a los ojos y siguió hablando.

-Un subnormal, un perfecto imbécil, alguien que no te merece...y al que le tengo mucho que agradecer.

Las últimas palabras le chocaron.

-¿Agradecer?-preguntó con un hilo de voz.
-Sí y mucho.

Aquellas palabras fueron un susurro, una caricia que le rozó los labios antes de que él la besara. Se dejó llevar por aquel maravilloso momento degustándolo como si el mundo se acabara en ese mismo instante.


Al final Oliver iba a tener razón. Tendría que agradecerle a aquel imbécil el fantástico giro que acababa de dar su vida.

Fin.

Capítulo 3                         Reseña                                     
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lunes, 23 de marzo de 2015

Capítulo 9: El rechazo

El corazón se me heló al ver su llanto. Cualquiera que nos viera podría pensar que se la pena con la que ella rompió a llorar era por culpa de una mala noticia.

Para evitar las miradas de la gente que pasaba por nuestro lado, cogí su brazo y la guié hasta un pequeño parque que teníamos cerca. Después de sentarnos en el banco más discreto que encontré le tendí mi pañuelo para que se secara las lágrimas. Encendí torpemente un cigarro e intenté controlar el nulo que se me había formado en la garganta.


Observé con detenimiento su rostro mientras ella intentaba controlarse. No dejaba de jugar con el anillo que llevaba puesto sobre el dedo índice de su mano derecha y que recordaba su compromiso. Después de tomar aire, pretendí reunir las palabras necesarias para declararle mi amor.

-Gala tengo que decirte que nun...
-Calla, por favor-me interrumpió intentando contener las lágrimas.
-No, no puedo. Tengo que decirte que...
-¿Qué me vas a decir?-volvió a cortar con insolencia-¿Qué estás enamorado de mí? ¿Crees que acaso importa?

La fuerza con la que emergía su rabia lo único que había conseguido era dejarme mudo. Antes de que pudiera articular palabra las suyas se derramaron con el único propósito de herir mi alma.

-No, no lo crees. Tú solo buscas una niña bonita, alguien sumisa, refinada y de buena familia para poder reforzar tus negocios. ¿Crees que saltaré a tus brazos con solo pedírmelo, verdad? Sí, claro que lo crees, no me lo niegues-.Se contestó mientras se levantaba del banco-Estás convencido de que me tienes comiendo de tus mano y, con ello, conseguirás que desobedezca a mi familia. Pues disculpa que te diga que no, soy una mujer comprometida y ya le di mi palabra a mi padre.


La observé razonar su enfado mientras caminaba por delante del banco en el que nos habíamos sentando unos minutos antes. Aquella mujer era un torbellino y, lo que era mejor, tenía los arrestos de pegarme la bronca en público sin ningún tipo de razón. Cuando me cansé de escucharle decir tonterías que no venían al caso, ya que yo aún no había abierto mi boca, decidí intentar averiguar el porqué de su enfado.

-¿Me puedes explicar por qué estás tan enfadada?-dije suavemente.
-¡Pues claro que no!-contestó cruzándose de brazos.
-¿No? ¿Por qué?-«Paciencia, Luis.» pensé mientras me levantaba.
-Porque no me da la gana, ¿te queda claro?
-Eres una insolente-repliqué al borde de perder los nervios.
-Y tú un descarado-aquella mujer tenía respuesta para todo y, lo peor de todo, es que me encantaba-. ¿No sabes que estoy comprometida?
-Yo solo te he dicho que tenemos que hablar, el resto de la escena te la estas montando tu sola-le contesté a caballo entre la histeria y la diversión.
-Ah, ¿sí? Pues mira como no me gusta dar ningún espectáculo me voy a mi casa-me gritó al pasar junto a mi oído.

Tardé tres segundos en reaccionar. Ella estaba muy nerviosa, así que en el primero de ellos pensé dejarla ir. En el segundo me dediqué a decirme lo imbécil que sería si lo permitía. Por último, empleé el tercer segundo para girarme y agarrarle con fuerza el brazo.

Como si jugara con una pluma su cuerpo giró hasta que la arropé con el mío. Sus ojos enfurecidos toparon por un instante con mis ojos y en ese momento creo que perdí la razón. Al notar el aterciopelado roce de sus labios en los míos mi rebelde mano salió disparada hasta su nunca para reforzar más nuestro vinculo. Creo que pocas cosas más he disfrutado en esta vida, ya que en mientras rozaba sus labios noté como bajaba todas sus defensas.



Gala era una mujer de carácter a la que la vida la había obligado a acatar la voluntad de los demás. A partir de ese momento, si es que ella me dejaba, las cosas cambiarían mucho para los dos. Eso, si no me partía la cara o me daba una paliza en cuanto la soltará. No obstante, os aseguro que era un momento por el que merecía la pena apostar.

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domingo, 22 de marzo de 2015

Conociendo a Hugo 3: Llamada urgente

Después de aquel sábado, Oliver, no pudo dejar de pensar en ella y, aunque hubiera querido, su hijo no lo hubiera permitido. El niño que llevaba unos días pachucho le preguntaba constantemente por ella, la llamaba con su móvil de juguete y, para colmo, cuando aquel día le contó el cuento de los tres cerditos le dijo que él no sabía contarlo.


-Pero, Hugo, el cuento es como te lo está contado papá-observó con paciencia.
-No, no es así-contestó obstinado el niño.
-¿Cómo que no es así?
-No, el dobo es bueno y no malo-señaló el niño con su media lengua.
-El lobo, Hugo, repite.
-El dobo.
-lo lo lo lobo
-dobo bueno-insistió el niño enfadado.

Oliver le acarició la cabeza con cariño, desde luego su pequeño era un cabezón.

-¿Quién te ha dicho que el lobo es bueno? ¿La abuela?-dijo cediendo.
-Elsa. Es guapa, ¿cuándo viene?

Vaya por dios ya estaba allí otra vez ella. Había calado bien en el chiquillo. Tocó de nuevo la frente del niño al darse cuenta de que estaba muy caliente. Alarmado, lo cogió en brazos y salió en busca del termómetro. Se maldijo por no darse cuenta cuando vio que marcaba 37ºC.


Se vistió con lo primero que encontró por el camino, cogió las llaves del coche y se llevó al niño al médico. Las horas que pasaron en urgencias solo sirvieron para aumentar la fiebre de la criatura. Quién molesto porque se encontraba mal comenzó a llorar pidiendo ver a Elsa. Desesperado por ver como estaba el niño, Oliver, decidió llamarla por teléfono para que el niño oyera su voz esperando que se tranquilizara.

-¿Sí?
-Hola, ¿Elsa? Soy Oliver.
-¡Ah! Hola Oliver, disculpa no tengo apuntado tu número ¿Necesitas algo?
-Sí, bueno, verás es que estoy en el hospital con Hugo.
-¿Con Hugo? ¿Qué le pasa?-Cortó ella asustada.
-No lo sé, tiene fiebre y no deja de preguntar por ti ¿Puedes hablar con él y calmarle?-aquella pregunta fue casi un ruego.
-Sí, claro. Pásamelo.

Oliver colocó el teléfono en la oreja del niño quien lo sujetó torpemente. Mientras le oía lloriquear, rezó porque les atendieran pronto. Sabía que las urgencias estaban saturadas con normalidad pero lo de aquel día rozaba lo imposible. Cuando con una sonrisa cansada el niño le devolvió el teléfono, supo que aquella mujer se acababa de ganar su corazón. Además de guapa, responsable y cariñosa, quería a su hijo. Eso era más de lo que él se merecía. Cogió el teléfono para despedirse agradecido.

-Elsa, muchas gracias.
-¿En qué hospital estáis?-preguntó ella sorprendiéndolo.
-En la Fe, llevamos horas esperando-contestó él afligido.
-Vale, ahora nos vemos.
-Pero...
-Oliver, no me digas que no. Tardo media hora. Ahora te veo.
Le cortó la llamada sin darle opción a réplica. Oliver, guardó su teléfono en el bolsillo y abrazo con fuerza a su hijo notando que estaba cada vez más caliente.
-¡Mierda de sanidad!-refunfuño por lo bajo.


Al otro lado de la ciudad, Elsa, entraba de nuevo en el restaurante donde iba a cenar con sus amigos. Como todos los viernes solían reunirse en aquel local para luego salir de fiesta. Sin dar muchas explicaciones se despidió de todos mientras recogía sus bolsos y volvió a salir a la calle. Escuchar a Hugo en aquel estado hizo que se diera cuenta de que lo que estaba haciendo en aquel lugar era perder el tiempo pero lo que no esperaba es que Gabriel saliera detrás de ella para pedirle explicaciones.

Cuando le explicó lo que pasaba, él no tuvo la atención de mostrar un poco de compasión con aquel niño. Al revés, arremetió contra ella echándole en cara que prefería irse con aquellos dos desconocidos antes de quedarse con él. Ella envalentonada por la ironía de la situación le replicó que aquellos dos desconocidos, como él los llamaban, le habían mostrado mucho más cariño y respeto de lo que él, su supuesto novio, lo había hecho en años. Cabreado Gabriel volvió dentro del local si dirigirle la palabra. A ella, después de aquel circo, no le quedó más remedio que parar un taxi que la llevará al hospital donde la esperaban.



Al entrar en la sala ella llevaba los ojos hinchados por el llanto. Encontró a Oliver sentado en una de las sillas con la mirada perdida y abrazado a Hugo como si fueran a quitárselo. El niño se había quedado medio dormido, supuso que era a causa de la fiebre.

-Hola ¿cómo está?-preguntó en voz baja para no despertar a Hugo.
-Hola, sigue igual-dijo el mirándole a los ojos-¿Va todo bien?

Antes de contestar, ella desvió su mirada. Sabía que se le notaba que había llorado pero no quiso contarle la verdad.

-Sí, perfecto ¿Me dejas cogerlo?
-¿Seguro?-insistió de nuevo.
-¿Me dejas, por favor?-contestó mirando al niño.
-Claro-dijo mientras se lo daba.

Al abrir los ojos, Hugo, aún medio dormido por la fiebre le regalo un gran abrazo a Elsa. A pesar de encontrarse fatal comenzó a relatar que su padre no sabía el cuento de los tres cerditos. Contenta por ver que él niño estaba mejor de lo que esperaba en un primer momento, Elsa, le contó su peculiar versión del cuento. En su historia el lobo era bueno y no quería comerse a los lobos, solo quería asustarlos. Oliver escuchó con atención mientras los observaba. Le pareció que ella era realmente increíble, un regalo que apareció en la puerta de su casa una semana antes y que no debía desperdiciar.

Cuando por fin les atendieron, no tardaron en darle la medicación oportuna para bajar la fiebre del niño. Según le comentó el médico, el niño sufría anginas y por eso tenía tanta fiebre. Salieron del hospital seis horas después de que padre e hijo llegarán. Elsa llevaba en brazos a Hugo, que exhausto se había dormido y a Oliver no se le pasó por la cabeza la opción de que no se fuera con ellos a casa.


Al parar frente a la farmacia que encontraron de guardia, Oliver, saco la cartera para darle dinero y así poderse quedar el aparcado en doble fila. Cuando ella fue a recoger el billete que él le tendía se sorprendió al ver que le cogía de la mano mientras le dijo mirándole a los ojos.

-Muchas gracias por todo.



Aquellas palabras le causaron un escalofrió, notó como el bello se le erizaba y los labios se le entreabrían. Ese hombre era irresistible y ella no era de piedra. En ese instante, no pensó si no que actuó. Llevó  la mano que le quedaba libre a su cara notando el tacto de la barba que empezaba a nacer y, dudando por un instante, le beso en la mejilla. Después se bajo del coche y huyó hacía la farmacia sin mirar atrás. Ella sabía que quería sus labios pero no había encontrado el valor para darle un beso.

Capítulo 2                                                              Capítulo 4

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lunes, 16 de marzo de 2015

PREMIO LIEBSTER

¡Hola a todos!

¡Hoy es un día maravilloso! Estoy que no quepo en mi de dicha, hace unos días Isa Isis del blog las rosas de Venus me nominó para el Premio Libster. ¡GRACIAS, GRACIAS Y GRACIAS! Y aún no lo agradezco lo suficiente.




En dos semanas me han nominado a dos premios eso debe de ser porque no lo hago tan mal como pensaba... Antes de empezar a escribir este blog tuve muchas dudas, pensaba que a nadie le interesaría lo que hago. Mil Letras por Andar nació de la insistencia en que publicara lo que escribo por parte de mis amigos más cercanos y mi familia. A ellos, gracias por creer en mi, apoyar mis proyectos y estar siempre dispuestos a echar una mano. También, quiero agradecer a toda la gente que me lee, que me deja comentarios y que les gusta mi historias, porque ellos son los que hagan que siga adelante. 

Bueno, sensiblerías a parte, según las normas de este Premio ahora me toca lo siguiente:


  • Seguir a quien te nominó.
  • Nominar a 11 blogs con menos de 200 seguidores y comunicárselo.
  • Responder a las preguntas.

  1. ¿Cuándo empezaste el blog? A mediados de enero del 2015
  2. ¿Por qué decidiste hacerte blogger?Porque me pareció una buena forma de dar a conocer lo que escribo y los libros que me leo. También porque me han insistido en ello la gente que me quiere mucho.
  3. ¿Qué nos enseñas en tu blog? Reseño aquellos libros que leo y que me encantan, también escribo relatos o historias propias. Ahora mismo esta todo muy centrado en la novela romántica.
  4. ¿Cada cuánto publicas un post? Cada dos o tres días, depende un poco de la marcha que lleve.
  5. ¿En qué redes sociales te podemos encontrar? En google+, en twitter, en facebook. A ver si me animo y voy ampliando.
  6. ¿Por qué elegiste ese nombre para tu blog? Tanto leer como escribir es juntar miles de letras así que quería que el título del blog recogiera eso. Un día, cuando decidí abrir el blog, me puse a combinar palabras hasta que salio un nombre que me pareció acertado.
  7. ¿Quién es la persona que más admiras? Son dos, a mis padres. 
  8. ¿Cuál es tu lugar favorito en el mundo y por qué? Es muy mundano, pero al fin y al cabo, a pesar de vivir cerca de Valencia (España) una se ha criado en un pueblo. Mi lugar favorito es un parque y se llama El Molino (Godella) ¿Por qué? Porque me recuerda a mis amigos, a mi infancia, a mi adolescencia. Porque desde ese parque se puede ver la huerta valenciana, que tanto me gusta, y desde donde suelo sentarte a pensar a solas, o con mi perro, cuando tengo algún proyecto o algo que me ronda.
  9. Algo o alguien que eches de menos ¿por qué? Existen varias cosas que echo de menos, una por cada etapa de mi vida pero hay que seguir hacia delante.
  10. ¿Cuál es tu última canción favorita?La última de Alejandro Sanz, 
  11. ¿Cuáles son tus blogs favoritos?No sabría darte un nombre. Me gustan mucho los blogs en los que enseñan cosas prácticas, los que tengan relatos y también los que hacen buenas reseñas.
  12. ¿Cómo te organizas para compaginar el blog y el resto de las actividades?De momento bien, pero es que ahora mismo tengo bastante tiempo libre. A partir de Abril ya veremos como va la cosa...
  13. ¿Videoblog o blog tradicional y por qué?Tradicional, tradicional. ¿Por qué? ¡La razón principal es que el videoblog no se hacerlo! Pero también porque me gusta escribir.
  14. Espero que sigas actualizando tu blog, ¿qué me traerás en el?Más historias, más reseñas y espero que no sean todas del género romántico.
Ahora os dejo a mis nominados:


        1. Susi´s Pumkings
        2. Reflexiones de un Unicornio
        3. Susy belleza sin lujos
        4. Sueños Escritos
        5. Corazones entre líneas
        6. Makeup Yourself
        7. Novelas Históricas
        8. El universo de Rosa
        9. Athalía la lía
        10. Historias de Algodón
        11. Leyéndome los cafés
        Ya solo me queda avisarles, en breves me pongo a ello.

        Un saludo.

        Lupe





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        viernes, 13 de marzo de 2015

        PREMIO BLACK WOLF BLOGGER AWARD

        Hola a todos,

        ¡Hoy quiero contaros una buena noticia! El pasado fin de semana tuve el honor de que Patricia María García Gallego me nominara a los Black Wolf Blogger Award. ¡Muchísimas gracias! Este premio reconoce el esfuerzo, la ilusión y el tiempo que le estoy dedicando a este nuevo proyecto. Me siento muy agradecida y tengo que decir que jamás hubiera esperado la gran acogida que esta teniendo el blog. Simplemente, ¡ SOY FELIZ!



        Me gustaría presentaros un poco a Patricia. Ella es psicóloga especializada en mejorar Tu Calidad de Vida y vive actualmente en Toledo. Podéis encontrarla en  Psicología y bienestar emocional y su proyecto se llama Psicotrycia. Os recomiendo que os paséis por allí es muy interesante, yo suelo seguirlo de cerca =D!



        De acuerdo con las norma del premio me toca llevar a cabo los siguientes pasos:
        1. Pegar en un lugar visible del blog la imagen del premio.
        2. Escribir y publicar lo que sientas, lo que te motiva este premio, y agradecer públicamente a quien te nominó.
        3. Nominar 15 blogs para el premio.
        4. Notificárselo a sus autores.
        Bueno, aquí van mis nominados:


        ¡Hala, ya está casi toda la faena hecha! Ahora solo me queda avisar a los agraciados. ¡Espero que les guste la noticia!

        Un saludo,

        Lupe



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        miércoles, 11 de marzo de 2015

        Conociendo a Hugo 2: Un sábado diferente

        A la mañana siguiente el tacto de una manita sobre su cara despertó a Elsa. Al abrir los ojos se encontró con Hugo, que risueño le daba palmaditas en la mejilla ¡Se había quedado dormida! ¿Por qué Oliver no la despertó? ¿O no había llegado? Vaya responsabilidad la de este hombre, seguro que había quedado con un ligue.


        -Buenos días, chiquitín saludó al pequeño mientras le hacía cosquillas-¿cómo has dormido granuja?

        Las carcajadas de su hijo anunciaron a Oliver que estaban despiertos. La noche anterior estaba inquieto por haber dejado a su hijo con una extraña así que en cuanto consiguió la firma que buscaba volvió a casa. Llegó sobre la una y los encontró abrazados durmiendo en la cama de Hugo. Aquello le tocó el corazón, Elsa era la mejor persona que podía encontrar para cuidar a Hugo. Y ya era hora de dejar a su madre un poco libre, sabía que estaba encantada de ejercer de abuela pero también que tenía su vida.


        Al día siguiente al levantarse llamó a su secretaría, que era la madre de Elsa, para agradecerle la recomendación, avisarle de que su hija seguía en su casa y pedirle que el lunes redactara un contrato para ella. Una vez colgó el teléfono se sentó a leer el periódico en su tablet mientras esperaba que ellos se despertarán.

        -¿Papá?-oyó que llamaba el niño.
        Al oírle, se levantó y fue a la habitación.
        -Buenos días dormilones-saludó él cogiendo al niño.
        -Buenos días-contestó ella con alegría-parece que me quede dormida, ¿por qué no me has despertado?
        -¡Ah! Me dio pena molestaros-contestó distraído mientras le quitaba el pañal que le ponían al niño para dormir-¿Desayunamos?
        -¡No!-contestó Hugo.
        -¿No? Sí, sí, sí-insistió él mientras le hacía cosquillas- ¿A qué comer es bueno, Elsa?
        -Clarooo-lo apoyó ella-¡Hugo, tienes que comer para hacerte grande como tu papá!

        La sonrisa que Oliver le regaló la dejo sin respiración. Era un padre orgulloso, entregado y, para colmo, estaba muy bueno ¿Se podía pedir más? ¡Ella quería tener un papi así!

        Una vez desayunaron, Hugo se empeñó en ir al parque con Elsa. La joven intentó explicarle que se tenía que ir a casa, que no podía, pero el niño no cedió. Oliver, divertido por la cabezonería de su hijo, propuso una opción que los contentó a los dos. Llevarían a Elsa a su casa, después ellos se irían a comprar y cuando acabaran la recogerían para ir al parque. Oliver se disculpó ante la insistencia del niño, pero en realidad estaba encantado por la oportunidad de conocerla un poco mejor.


        Cuando la recogieron a la hora de comer Elsa se había duchado, cambiado de ropa y estaba dispuesta para la guerra. Antes de montar en el coche abrió la puerta donde estaba sentado el niño y le dio una piruleta. Hugo se la agradeció con un beso mientras su padre le sonreía satisfecho.

        Fueron a comer a Mc Donals, donde descubrió que aquel par de morenos eran unos locos de las patatas fritas y de los nuggets. En un intento de proteger sus patatas del ataque del niño, Elsa, pensó que hacía mucho tiempo que no se divertía tanto durante una comida. Normalmente se las pasaba enfurruñada por cualquier tontería, quejándose por no tener trabajo o intentando ser lo suficientemente chic para despertar el interés de su compañero de mesa. Pero con aquellos dos todo era sencillo. No había conversaciones profundas y todo eran risas. El niño era un pequeño pillo y mandón al que no se le podía engañar mientras que el padre era un verdadero bombón.




        Cuando fueron a pedir los helados Elsa aprovechó para observarlos tranquilamente. Guardaban gran parecido, los dos eran morenos y, aunque el pequeño era un niño, tenían algunos gestos similares. Se fijó en que ambos tenían la misma boca, la misma nariz, aunque un color de ojos diferentes. Hugo era dueño de unos preciosos ojos color caramelo que seguro que harían las delicias de muchas niñas mientras que Oliver tenía unos cálidos ojos azules capaces de amar.


        Después de la comida Hugo insistió en ir a un parque de bolas que había cerca del restaurante. Cuando el pequeño se quedó entretenido con los monitores, después de intentar sin éxito que ellos entraran en el parque, decidieron tomar un café en la zona de padres. Aunque al principio no sabían muy bien de qué hablar, Oliver aprovechó para conocer un poco más a aquella chica e incluso le comento que quería contratarla para cuidar del niño por las tardes. Ella le explicó que estaba dando clases particulares. Necesitaba tiempo para avisar a sus alumnos, así que quedaron en que empezaría a cuidar de Hugo en una semana.

        Sobre las siete decidieron volver a casa, Hugo, se había quedado dormido nada más montarse en el coche. Y a Elsa verlo allí dormido le inspiró una gran ternura.



        -Míralo, parece hasta bueno-comentó con una sonrisa en los labios.
        -Es perfecto.
        La contestación de Oliver hizo que ella lo mirase.
        -Es lo mejor que me ha pasado-continuó él-al principio me costó aceptar que iba a ser padre pero después él es mi salvavidas.

        Aquella contestación tan sincera la estremeció. En ese momento le hubiera gustado preguntarle acerca de su vida, quería conocer el sufrimiento que había escondido en sus palabras, pero no creyó que eso fuera oportuno. Continuaron en silencio hasta que llegaron a casa de ella. Al llegar Elsa se despidió, se bajó del coche y camino hasta el portal sin volver a mirarlos. Sabía que en una semana volvería a estar con ellos y, aún así tuvo la sensación de que los iba a echar terriblemente de menos.
        Capítulo 2                       Capítulo 3
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